En las mañanas después de lavar mi ropa, me suele quedar tiempo para extenderla, sin embargo hay veces o casi siempre los cordeles están ocupados.
Por eso yo acostumbro a:
- Preparar unas canastas para colocar la ropa, según la persona a la que le pertenece.
- Recoger cada pieza y doblarla.
- Las piezas que se combinan como vestidos con busos, siempre los doblo una sola.
- Mi ropa la doblo pantalón y blusa.
- La ropa de mi esposo doblo cada pieza por separado.
- Una vez la ropa totalmente doblada, la puedo ubicar en el ropero o la dejo en la canasta para guardarla después.
- Amontonar la ropa en un mueble.
- Acumularme de trabajo y estrés.
- Quedarme sin tiempo el fin de semana.
- Perder tiempo a la hora de querer salir de casa, porque no encuentro la ropa de nadie.
Además:
- Tengo más tiempo para convivir con mi familia.
- Puedo disfrutar de una casa ordenada y confortable.
- Me siento Feliz de poder lograr estas hazañas cada día.
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